
"Los hombres se asemejan a los dioses
cuando hacen el bien a la humanidad"
Marco Tulio Cicerón (106 a.c. - 43 a.c.)
“La curiosidad es una de las más permanentes y seguras
características de una vigorosa inteligencia”
Samuel Jonson (1709 - 1784)
Después de la introducción de la entrada anterior, paso directamente a desarrollar las claves actitudinales que nos pueden permitir desarrollar todo el potencial de nuestra inteligencia:
- EJERCER DE NOSOTROS MISMOS SIN TEMOR.
- ACEPTARNOS para bien y para mal.
- Asumir nuestras enromes CAPACIDADES MENTALES, evitando nuestros proverbiales miedos y desatando nuestro potencial personal.
- Entender, moderar y mejorar nuestras enormes DEBILIDADES MORALES. Debemos ser conscientes de que el deseo nos empuja a superar nuestras limitaciones, pero a veces tanto que -junto a la nuestra falta de confianza- nos impulsa a vencer y extinguir toda resistencia, incluso la proveniente de los seres humanos (y de los seres vivos, en general). Debemos ser conscientes de nuestro también enorme potencial de destrucción y amargura, hasta reconducirlo totalmente. ESTE ES EL GRAN RETO DE LA HUMANIDAD.
- Desarrollar una VOLUNTAD invencible.
- El CORAJE de ser LIBRES y asumir la INICIATIVA SOBRE NUESTRA VIDA. No basta con saber que somos libres, es necesario ejercer de seres libres por nuestro bien, por el bien de la humanidad y por el bien de este mundo. Y debemos hacerlo superando nuestro irracional miedo a lo desconocido y a protagonizar nuestra propia vida.
- El ARROJO de buscar la GLORIA. Todo ser humano busca la gloria, el honor y la inmortalidad. Buscar la gloria nos puede convertir en seres extraordinarios o ruines. Debemos beneficiarnos del entusiasmo que genera buscar la gloria sabiendo, pero -una vez más- sin dañar a nuestros semejantes.
- Demostrar una CONFIANZA insuperable. Conocedores de nuestras debilidades y conscientes de nuestras fortalezas debemos estar seguros de que siempre que dispongamos del suficiente tiempo llegaremos a buen puerto. ¡Siempre! Ni el fracaso reiterado nos puede disuadir de lo contrario. Tan solo la muerte supone un escollo, pero jamás debe ser un factor que coarte nuestra libertad e iniciativa. Y si para ello debemos asumir con responsabilidad y tranquilidad que la vida puede ser un tributo a pagar por el hecho de vivir, debemos hacerlo TAMBIÉN CON CONFIANZA.
- DESARROLLAR NUESTRA CREATIVIDAD. Una vez que confiamos en nuestra capacidad para diseñar y crear nuestro propio futuro, debemos dar libertad de acción a las fuerzas -innatas- que pueden permitirnos lograrlo. Debemos, por tanto:
- Liberar nuestra CURIOSIDAD. Somos seres tremendamente curiosos. La curiosidad es la fuente de todo saber, y no podemos limitarla de ninguna forma.
- Forzar la IMAGINACIÓN, hasta visualizar nuevas -o renovadas- y mejores realidades. También sin limitarla. La limitación a la imaginación debe provenir de la propia experiencia NUNCA DE LA AUTOCENSURA. Exijamos, por tanto, a nuestra imaginación todo lo que nos puede otorgar y tengamos el valor de proponernos seriamente su realización.
- Dejarnos llevar por la INTUICIÓN, como consejero último de nuestros actos. Somos los portadores de un saber ancestral que no escuchamos.
- ESTRUCTURAR EL CONOCIMIENTO, imaginado e intuido.
- Tener un adecuado CONOCIMIENTO DE UNO MISMO. Percibir, sintetizar y aceptar nuestros PATRONES DE CONDUCTA. Hacer previsible lo imprevisible, evitando perjuicios estériles y mejorando nuestra existencia. Sin dañar nuestra creatividad, por supuesto.
- Diseñar estrategias para determinar con suficiente detalle y capacidad de síntesis las METAS PERSONALES que queremos alcanzar. Encontrar las LÍNEAS DE ACTUACIÓN que lo hagan realidad.
- HACER REALIDAD EL FUTURO IMAGINADO.
- Enfrentar el futuro con CONVICCIÓN. No solo debemos tener un ánimo confiado, también debemos PONERNOS EN ACCIÓN SIN DUDAS Y CON DECISIÓN. Persistir hasta conseguir hacer realidad nuestras ambiciones.
- Esperar todo de nuestra FORTALEZA FÍSICA Y MENTAL. Jamás debemos rendirnos porque RESISTIR es VENCER.
- Saber GESTIONAR el ÉXITO y el FRACASO.
- No dudar en redoblar los esfuerzos ante el FRACASO. Lo peor no es fracasar, sino no volverlo a intentar. Sin embargo, nuestro empeño debe ser motivo de análisis crítico para determinar los factores de fracaso y superarlos.
- Asumir con HUMILDAD el ÉXITO. La gloria nunca debe emborrachar nuestro espíritu. La gloria sin humildad es mensajera del fracaso.
Emilio M.
Homo Novus