"El ave canta aunque la rama cruja,
porque conoce lo que son sus alas"
José Santos Chocano (1875 - 1934)
Me voy a permitir darte una pequeña lección con la mejor intención y el mayor cariño. Tal vez sea la más importante que se te pueda dar en este momento tan crucial de tu vida. Me gustaría hacerte comprender que, en la vida, lo importante no son las certezas sino la astucia, la imaginación y la valentía con la que te aventures en tus incertidumbres. Tal vez, la mayor certeza de nuestra vida sea -precisamente- lo incierto de nuestro conocimiento, lo errático de nuestros actos y lo impredecible de nuestro futuro. La certeza no existe: es tan solo una quimera. Esa es la verdadera naturaleza de la vida y cuanto antes lo aceptes, lo asumas, te acomodes y disfrutes de ello, antes podrás aprovechar todos sus encantos.
No debes temer al destino porque el destino, al igual que un espejo, tan solo reflejará lo que tú le muestres. No te sientas contrariada al comprobar que te faltan certidumbres sobre las que construir tu futuro. Por mucho que lo intentes, tu futuro jamás se basará en las certidumbres que le puedas entregar, sino en tu espíritu aventurero y confiado: se basará en la confianza de saber que siempre habrá una salida honrosa y un motivo para la gloria. ¡Siempre!
Nunca olvides que tu mundo tan solo ocupa una millonésima parte del espacio que tu mente puede llegar a percibir y albergar. La vida está llena de puertas -miles de puertas cerradas- que están esperando a que las empujes. Detrás de cada puerta hay una oportunidad y un peligro. Aprovecharás la oportunidad si actúas con valentía y esfuerzo (pero no con precipitación y temeridad). Por otra parte, el mayor peligro que te puedes encontrar no estará detrás de la puerta: se esconderá en ti misma, y tiene un nombre de relativa gravedad: miedo. El miedo y la falta de confianza pueden cerrarte todas las puertas. Y también pueden llegar a ser la más pesada de tus cadenas.
Emilio M.
Homo Novus