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viernes, 17 de agosto de 2018

CÓMO REALMENTE NOS PUEDE ENRIQUECER EL SECTOR DIGITAL. LO QUE DEBEMOS APRENDER

Todos envidiamos los logros conseguidos por el sector digital y el revolucionario desarrollo alcanzado en sus innovaciones tecnológicas. Todos andamos locos por INCORPORAR EN NUESTRAS EMPRESAS DICHA TECNOLOGÍA: se ha desatado una nueva “fiebre del oro” consistente en llegar lo antes posible a ese nueva meca dorada llamada DIGITALIZACIÓN de la empresa. Sin embargo, estamos persiguiendo la liebre más pequeña si tenemos en cuenta que lo que ha posibilitado esos grandes avances tecnológicos a estas empresas no ha sido la tecnología en sí misma, sino una NUEVA MENTALIDAD Y VISIÓN sobre la empresa y NUEVAS FÓRMULAS ORGANIZATIVAS que ya se empezaron a gestar en las últimas décadas del pasado siglo XX


“Coloca a un profesional excelente en un proceso deficiente
Y seguro que el proceso gana. No hay opción”

William Edwards Deming (1900 - 1993)
(y lo mismo ocurrirá por muy excelentes que sean los recursos)


UN RESUMEN…

Así de sencillo es. Estamos maravillados con la tecnología desarrollada por las empresas del sector TIC (tecnología de la información y comunicación), sin embargo SU “TECNOLOGÍA” MÁS VANGUARDISTA es esa que está posibilitando que tengan una descomunal capacidad creativa y de innovación. La misma que les permite estar en una posición de vanguardia, cuidar muy bien a todas las partes interesadas de su negocio y alcanzar rentabilidades muy por encima de la media.

Hablo del sector TIC, pero realmente los MÉTODOS Y PRÁCTICAS DE GESTIÓN que vemos en este sector ESTÁN PRESENTES EN OTROS MUCHOS (Frederic Laloux y David Burkus, por ejemplo, han mostrado numerosos casos en sus publicaciones). Ni siquiera ha sido pionero en su aplicación (que debemos atribuir a Toyota, fabricante de automóviles), aunque se ha visto favorecido por las grandes posibilidades de su mercado.

Aviso a navegantes: quien piense que solo por adquirir la nueva tecnología digital va a conseguir mejoras espectaculares de productividad y rentabilidad se va a llevar una gran decepción. Esta tecnología impulsa la productividad, efectivamente, pero las mejoras disruptivas no vienen de la mano de la tecnología digital sino de ESA OTRA “TECNOLOGÍA” QUE LLAMO “ORGANIZACIONAL Y DE GESTIÓN”. La tecnología digital permite mantener competitiva a una empresa. La tecnología organizacional, cuyo protagonista principal es el equipo humano de la empresa, requiere de mayor esfuerzo pero CATAPULTA A POSICIONES DE LIDERAZGO EN EL MERCADO.


…Y UNAS REFLEXIONES

Los estudiosos de las civilizaciones han podido comprobar como los nuevos imperios siempre surgen en la periferia de los antiguos, y que su consolidación no se debe tanto a la fortaleza de los imperios emergentes como a la debilidad y decadencia de los llamados a desaparecer. Por alguna razón, los imperios maduros reconvierten su hegemonía en INTROSPECCIÓN (perdiendo de vista su posición respecto a su entorno), DESCONECTAN DE LA REALIDAD SOCIAL (especialmente en lo que afecta a las grandes corrientes de pensamiento y modernización) y se DESINHIBEN DE SU, EN TEORÍA, GRAN POTENCIAL DE INNOVACIÓN. Es algo así como si quisieran parar el tiempo para disfrutar de su posición. Pero el reloj no se detiene.

En el mundo empresarial (por no hablar de las mismas personas) pasa algo sorprendentemente similar, pero a mucha menor escala. Las empresas consolidadas, confiadas en su posición dominante, dedican más tiempo a disfrutar de su éxito y superioridad que a REFORZAR O RENOVAR SU VENTAJA COMPETITIVA (una labor en la que se debe trabajar cada día, y por parte de todo el personal). Actúan como si el periodo de bonanza fuera a durar para siempre y pudieran permitirse el lujo de dejar para más adelante renovar sus puntos fuertes. Ese “más adelante” nunca termina de llegar, menos aun cuando empiezan a llegar los primeros síntomas de agotamiento de su modelo de negocio. En lugar de analizar con valentía su situación, tienden a BUSCAR EXCUSAS EN FACTORES EXTERNOS. Nadie se siente responsable de la nueva situación de debilidad y, por tanto, gran parte del personal se inhibe de actuar, esperando que sean “los demás” los que tomen la iniciativa.

En otro orden de cosas, ya durante las ÚLTIMAS DÉCADAS DEL SIGLO XX asistimos a una RENOVACIÓN DE GRAN ALCANCE EN EL DISEÑO DE LA ORGANIZACIÓN Y EN LOS MÉTODOS DE GESTIÓN EMPRESARIAL; renovación que no se ha detenido hasta la fecha. A hombros de los primeros precursores en la mejora de la Calidad (allá por los años cincuenta, con Deming y Juran) y de su exitosa aplicación en Japón (sin olvidar que se vio profundamente influenciada por la desastrosa situación tras la segunda guerra mundial y por la mentalidad nipona, muy diferente a la Occidental), en Estados Unidos (menos en Europa) se comenzaron a plantear a finales del siglo pasado cambios revolucionarios en la FORMA DE ENTENDER LA GESTIÓN DE LA EMPRESA, EL PAPEL DE LAS PERSONAS Y LA FORMA DE ORGANIZAR EL SISTEMA EMPRESARIAL en su conjunto: elementos que lo integran e interrelaciones. Por aquellos entonces las empresas occidentales se estaban viendo claramente superadas en competitividad por Japón y otras zonas de Asia. ¿Las razones? Las expuestas anteriormente, sin duda. Se puede ver una exposición lucida y más que convincente en el primer capítulo del libro de Richard J. Schonberger, “Building a chain of customers”, 1990)

Analizado desde la perspectiva que da el paso del tiempo, las empresas hegemónicas de occidente por aquel entonces, no parecieron querer enterarse de lo que pasaba, pero estaba tomando fuerza un nuevo sector, el de la tecnología informática, donde terminaron por destacar de forma especial los pioneros que traían nuevas ideas y, sobre todo, nuevas intenciones. Este sector fue (y es) el equivalente a la periferia de las grandes y decadentes civilizaciones de la historia. De hecho su papel hegemónico en la economía actual ya no hay quien lo ponga en tela de juicio.

Todos estamos atónitos ante los avances tecnológicos desarrollados dentro del sector TIC. Todos pretendemos incorporar las nuevas tecnologías digitales a nuestras empresas para conseguir milagrosos resultados que enderecen los males de nuestras empresas y permita rentabilidades excepcionales. En definitiva, tener tanto éxito como las empresas de ese sector. Pero lo hacemos sin darnos cuenta que estamos cayendo en TRES GRANDES MALENTENDIDOS:

i) Que el FACTOR FUNDAMENTAL PARA QUE EL SECTOR TIC (digital) haya conseguido tan sorprendentes avances en el desarrollo de nuevas tecnologías ha sido, precisamente, las revolucionarias innovaciones en los terrenos de la gestión y organización de sus negocios.
ii) Que es imprescindible incorporar esas maravillosas innovaciones conseguidas en el terreno de la tecnología digital, pero tendrán unos EFECTOS MUY LIMITADOS si se aplican sobre una forma de entender, organizar y gestionar la empresa que hace mucho tiempo quedó anticuada. Asimilar las nuevas tecnologías es una condición necesaria para no perder competitividad, pero solo se adquiere una VENTAJA COMPETITIVA innovando en organización y gestión empresarial, como requisito imprescindible para avanzar en la mejora continua y en la calidad de todos los procesos y productos de la empresa. Así lo demuestra el sector TIC. Quedarse atrás en las disruptivas innovaciones que afectan a las “tecnologías” de organización y gestión empresarial supondrá un hándicap extremadamente serio.
iii) Que innovar en organización y gestión empresarial ARRASTRA INEXORABLEMENTE A LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL DE LA EMPRESA. Que nadie se engañe esperando que vaya a ocurrir lo mismo a la inversa. Es más, intentar modernizar con tecnología digital una empresa desfasada organizativamente puede ser el principal factor para que se desfonde antes de tiempo.

Sería conveniente aclarar las cosas y reconocer que en la base de toda esta movida revolucionaria está la forma de entender la empresa y las relaciones entre las personas en el ámbito empresarial, y no al revés. El sector de la tecnología informática ha revolucionado el mundo empresarial, no por la difusión de sus nuevas tecnologías, sino por LA ADOPCIÓN DE NUEVAS FORMAS DE GESTIONAR Y ORGANIZAR LA EMPRESA. Ha sido, precisamente el sector TIC (ese recién llegado) el que ha permitido dar cabida en su seno a NUEVOS LÍDERES CON IDEAS RENOVADAS. Y ha sido una mentalidad mucho más abierta, muchas veces basada en el sentido común, lo que les ha permitido realizar cada día mejor su trabajo, participar activa y responsablemente en la gestión, innovar con rapidez y facilitar el despliegue de todo el talento individual y colectivo del personal de sus empresas.


Emilio M.
Homo Novus
(original autentificado)

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